¿Comes lo mismo que siempre, tienes la misma rutina deportiva o sedentaria de siempre, pero subiste de peso?
Aquí las razones.
Quizás les ha pasado que año a año van dando de baja un pantalón de la temporada anterior aunque sus hábitos alimenticios no hayan cambiado demasiado? O que a partir de cierta edad sientan que de sólo un suspiro engordan?
O que a veces nos miramos al espejo y nos desconocemos? Es necesario conocer que muchos de esos cambios físicos están relacionados con la caída de los estrógenos, la progesterona y también el ralentizamiento del metabolismo producto de la peri+menopausia. Para entenderlo y asumirlo hay que conocer lo que pasa en nuestro cuerpo en esta etapa de la vida.
Patricio Contreras, endocrinólogo con 51 años de experiencia clínica y autor de textos especializados sobre menopausia, explica que “la ganancia de peso es muy variable, pero es frecuente que en unos cinco años de menopausia, la mujer suba entre 5 y 10 kilos. La grasa se deposita principalmente en el abdomen, pero también las mujeres notan que se van ensanchando, adquiriendo más talla en el torso. Las razones? Aquí las principales.
Las Hormonas.
Con la peri+menopausia disminuye la progesterona que es producida por el cuerpo lúteo después de la ovulación. Si cuando joven la grasa se acumulaba de manera más pareja en el cuerpo de la mujer, cuando comienzan a bajar los niveles de progesterona la grasa nueva se va depositando principalmente en el "compartimento abdominal” y por esa razón comienza a salir una “guatita” propia de las mujeres en este proceso.
Pero también nos bajan los niveles de estrógenos con la menopausia y eso perjudica la sensibilidad cerebral a la leptina, hormona encargada de regular el apetito. Es decir, nuestro cerebro pierde un poco la brújula en el control del ciclo hambre y saciedad producto de la disminución de los estrógenos.
Metabolismo lento y la grasa parda.
Además de los cambios hormonales, el doctor Patricio Contreras detalla que “a medida que envejecemos, las personas producimos menos calor, es decir, quemamos menos energía estando en reposo. La grasa parda, que no almacena calorías, sino que las quema, se va perdiendo con los años, y esta pérdida es más alta en la mujer que en los hombres. Esto es parte de lo que se entiende como una ralentización del metabolismo: nuestro cuerpo es más lento y flojo en quemar calorías si lo comparamos con el de un niño/a o adolescente. Un metabolismo más lento provoca que subamos de peso con mayor facilidad".
El Cansancio nos hace subir de peso.
Aunque suene raro, el cansancio nos puede hacer subir de peso. Así es. A muchas mujeres en etapa de peri+menopausia nos viene un bajón de energía notorio, y, científicamente comprobado, dormimos peor. Un mal dormir nos quita energía y nos tira a la basura las ganas de hacer actividad física. Menos actividad física, más posibilidad de subir de peso. Y ahí comienza un ciclo al que es difícil ponerle atajo aunque nos digan una y mil veces que hacer deporte nos da energía. Y hay más, porque está demostrado que el ciclo del sueño está estrechamente relacionado con los ciclos hormonales del apetito…así entonces privarnos de horas de sueño puede provocar también inexplicables ganas de comer. Un cerebro que no ha descansado es un cerebro desordenado.
Qué sirve o no sirve?
“La menopausia es inevitable, pero el aumento de peso no tiene por qué serlo”, dice con algo más de optimismo en un artículo Monica Christmas, ginecóloga del University of Chicago Medicine.
¿Qué hacer entonces? Trabajar en una buena higiene del sueño que permita contrarrestar los otros síntomas que acompañan la peri+menopausia e impiden el buen dormir. Alimentarse bien y hacer actividad física periódica. No hay más recetas que esas. Caminar (150 a 200 minutos semanales), yoga y pilates, combinados con rutinas con peso para fortalecer la musculatura suelen leerse dentro de las recomendaciones. En cuanto a alimentación, mantener muy a raya el sodio, el azúcar, los carbohidratos, las grasas trans y el alcohol, y privilegiar frutas, verduras, proteínas y fibras.
Especial atención deben tener las mujeres con sobrepeso u obesidad porque si bien todas en peri+menopausia podemos sufrir uno o todos los síntomas asociados, las investigaciones muestran que, por ejemplo, los sudores y sofocos nocturnos, son más fuertes en ellas. Es decir, a mayor sobrepeso u obesidad, mayor intensidad de los síntomas menopáusicos.
Es importante tener claro que la Terapia de Reemplazo Hormonal no ayuda a la pérdida de peso y tampoco está indicada para ser parte de un tratamiento para adelgazar. La Terapia de Reemplazo Hormonal va apuntada a disminuir otras manifestaciones asociados a la menopausia como sequedad vaginal, sudoraciones nocturnas y otras. Lo que sí se ha demostrado según lo que nos explica Trinidad Barriga, ginecóloga especialista en menopausia, es que esta terapia juega un rol de protección de enfermedades cardiovasculares, mejora los indicadores del perfil lipidico y colesterol e incluso ayuda a combatir la resistencia a la insulina.
Así es, la menopausia deja toooodo el camino pavimentado para que subamos de peso!! La tarea no es fácil!! Pero tener un cuerpo saludable es bienestar para nuestro presente y futuro.